Instalar alarmas contraincendios en edificios comerciales y residenciales es una medida fundamental para salvar las vidas de las personas y también para proteger sus propiedades.
Una de las amenazas más graves para la seguridad de las personas y sus bienes son los incendios. En cuestión de minutos, las llamas pueden convertir un espacio en cenizas, cobrando vidas, generando pérdidas millonarias y arrasando años de trabajo, Sin embargo, hay una línea de defensa fundamental que puede hacer la diferencia: los sistemas de alarmas contraincendios.
Según datos de la Asociación Nacional de Protección Contra Incendios (ANRACI), la región Caribe registró un total de 1.150 incendios estructurales en el 2024, de los cuales 550 fueron en Cartagena y 600 en Barranquilla. Esto representó un aumento promedio del 8% en comparación con 2023. Esta situación deja en evidencia la creciente necesidad de contar con sistemas de detección más efectivos.
¿Por qué es importante tener un sistema contraincendios?
La instalación de estos sistemas en edificios comerciales y residenciales no es solo una obligación legal o una simple recomendación; es una inversión en la protección de lo que, en teoría, deberíamos valorar más: la vida humana y los bienes que hemos construido con tanto esfuerzo a lo largo de los años. Las estadísticas son contundentes y a su vez preocupantes: la falta o el mal funcionamiento de estos sistemas generan directamente la pérdida de miles de vidas cada año. Cada número representa familias destrozadas, comunidades afectadas y pérdidas irreparables que podrían haberse evitado con la implementación adecuada de tecnologías de detección temprana.
¿Por qué las alarmas pueden salvar vidas?
Los incendios domésticos son uno de los mayores peligros para la vida en el hogar. De acuerdo con la National Fire Protection Association (NFPA), el 74% de las muertes por incendios en viviendas ocurren en lugares que no tienen alarmas de humo o donde estas no están funcionando correctamente.
Tener una alarma de humo en buen estado puede reducir a la mitad el riesgo de morir en un incendio doméstico. Un caso trágico que puede ilustrar esto es el que sucedió en Nueva York en enero de 2022, cuando un incendio en un edificio residencial cobró la vida de 17 personas, incluidos ocho niños. Las investigaciones mostraron que, aunque había alarmas instaladas, muchas no funcionaban correctamente o habían sido apagadas por los residentes debido a falsas alarmas.
“Hay problemas subyacentes a los que nos enfrentamos todos los días con las alarmas contraincendios, los sistemas de rociadores y las salidas, la calefacción y el agua caliente. Y las necesidades básicas que todos los residentes e inquilinos de la ciudad de Nueva York deben tener”, dijo Vanessa Gibson, presidente del condado del Bronx.
Esta tragedia subrayó la importancia de no solo instalar sistemas de alarma, sino también de asegurarse que estén en buen estado y de educar a los ocupantes sobre cómo deben usarlas para que, en caso de una emergencia, puedan actuar inmediatamente.
Estos sistemas ofrecen el tiempo que se necesita para una evacuación segura. Además, facilitan respuestas más efectivas por parte de los servicios de emergencia y ayudan a reducir tanto las pérdidas humanas como las materiales.
El pasado 10 de julio, un voraz incendio consumió al menos seis locales dedicados a la venta de plásticos, combustibles y repuestos para vehículos, en la Cra. 13 con calle 12, en Bogotá, dejando grandes pérdidas. De igual manera, en el 2020, un incendio arrasó más de 50 locales comerciales en un centro comercial de la capital del país, durante la madrugada.
Se pudo establecer que los negocios no contaban con un sistema adecuado de detección temprana, haciendo que el fuego se propagara sin ser detectado a tiempo. Si hubieran tenido un sistema de alarmas, las brigadas de emergencia se habrían activado, facilitando una evacuación rápida y la extinción del fuego, lo que habría limitado los daños.
Fotografía: https://www.infobae.com/
Entre el 2024 y lo que va del 2025, los Bomberos de Bogotá han atendido alrededor de 613 incendios estructurales. De acuerdo con ANRACI, más del 80% de los comercios en el país no tienen los mecanismos adecuados para prevenir o controlar un incendio. Además, el 95% de las viviendas carecen de cualquier sistema de protección contra incendios, y las pequeñas y medianas empresas aún no han cultivado una cultura enfocada en la prevención y protección ante este tipo de emergencias.
Este panorama resalta la urgente necesidad de impulsar la educación en prevención, establecer normativas más rigurosas y fomentar un respectivo protocolo de sistemas de detección y control de incendios, con el fin de mitigar las devastadoras consecuencias de estos siniestros.
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